domingo, 25 de noviembre de 2007

Es nuestra voluntad

Amanece un nuevo día, canción de esperanza. Pero mi mente no piensa en el sol naciente. Solo ve la capa de gris polución que amenaza con tragarse este idílico jardín al que llamamos tierra. Nubes de negra ponzoña que nublan el sol que nos da vida. Pero todo sigue.

Mi mente despierta, durante un momento veo todo lo futuro como ya vivido doy lo presente por pasado y lo pasado por futuro. Mi mente se interna en un mar de llantos y risas. Paseo por las avenidas concurridas por los muertos y los vivos, bebo el néctar de la sabiduría de las eras y comprendo la vida. Pero vuelvo a la vida y olvido todo lo aprendido, todo lo amado, todo.

Paseo por bosques de caras grises. Sin fijarme, sin prestar atención. La vida me envuelve, una vida gris y aburrida.

Mi mente despierta veo los colores, los niños jugando la gente cantando, amigos riéndose, las flores que nacen , las hojas que caen, los susurros de las parejas después de levantarse de la cama aun sonrojados. Vuelvo al bosque.

Pero mi mente no lo soporta no quiere saber nada mas sobre las vidas grises, quiere buscar los verdes del mundo, saber los azules de los océanos, y conocer a las personas. Debería seguir hacia delante, pero doy media vuelta, me interno de nuevo en el sitio al que llamo hogar, recojo todo lo importante: un regalo, una mochila y mi esperanza.

Camino hacia ninguna parte sin ningún sentido, sin rumbo dirección ni lugar. Camino hasta que mis piernas desfallecen, no se cuanto tiempo llevo sin comer, beber o parar. Caigo. Alguien me recoge me da comida, me da agua y me habla, no comprendo lo que dice, se que debería pero no lo consigo. Al poco vienen mas personas me visten y me llevan me hacen comer algo. ¿Qué pasa? Mi cuerpo no responde.

Mi mente despierta. Comprendo. Vuelo, ahora sin cuerpo hacia ningún lugar, recorro todos los bosques, todos los mares, conozco a todas las personas, veo el futuro el pasado y el presente como en un solo momento. Conozco a dios y al diablo. Lo veo todo lo comprendo todo. La maldad del hombre me hostiga, sus miedos me apresan, su ternura me ablanda, su pasión me enciende. Su bondad, su avaricia, su lujuria, sus ansias. Todo llama a la puerta de mi mente con insistencia. Todo lo bueno y lo malo del hombre, ese hombre infinito y limitado. Esa conciencia que tenemos todos. Dios. Me pregunta:

- Lo has visto todo, lo has experimentado todo. ¿Debo concederles el paraíso? o ¿condenarles a el infierno?

- Que hemos hecho malo para que nos quieras castigar. – respondo- Nos quieres quitar el paraíso que ya tenemos en la tierra, dentro de la gente, con bondad, amistada y placer. O quitarnos el infierno, de la ira, la sinrazón y la maldad que os hace comprender el bien. Sin el primero seriamos infelices sin el segundo no comprenderíamos la felicidad y moriríamos sin ella.

Despierto. No es mi cama. Es mi lecho, un ataúd. Veo la gente venir a llorar. Es el tanatorio. Mi cuerpo no se mueve. Solo mis ojos están abiertos. En la sala contigua la gente se saluda, se da el pésame, llora y se alegra por los reencuentros. La vida sigue.

Comprendo a la gente y comprendo a dios. Debo de morir. Es mi destino. Cierro los ojos, las oscuridad se apodera de mi.


Me niego.


Abro los ojos, despierto. Carne, sangre y hueso son movidos por mi voluntad, levanto de mi lecho y caigo contra el suelo. Mi cuerpo reacciona lentamente. Mi sangre parada vuelve a circular, mi corazón vuelve como reloj que marca la vida su trabajo a realizar. Se desgarran músculos, por el exceso de reposo, los huesos crujen y la sangre se agita. Las miradas estupefactas de familiares y amigos me hacen sonreír, el personal viene a ver que sucede. Los médicos vienen al poco rato. Me diagnostican que estoy vivo. Vuelvo a sonreír. Me caigo. Cierro los ojos tomando como ultima imagen la asustada cara de una mujer. Quizás no la vuelva a ver pero es hermosa.

Despierto, es una habitación blanca. Un hospital. Gente se abalanza sobre mi. Debajo se oye escándalo. Oigo las voces en la distancia, pero mi corazón lo oigo perfectamente. Vuelve a latir.

La vida es un campo sin luz. Una desesperanza sin fin en la que no encontramos reposo mas que en la muerte. Si algo así fuera cierto como podría yo seguir aquí escribiendo esto. La vida no es un erial de lagrimas como tampoco es un campo de belleza sin igual. Es ambas. Al momento la vida sonríe como al siguiente llora. Entre la felicidad y el llanto va un suspiro. Pero debemos de aprovechar ese suspiro con todo lo que tenemos. No debemos abandonarnos a los placeres ni a las desgracias si no tomarlas según vienen y dar todo lo que tenemos por ellas. Seguir con toda nuestra fuerza. Luchar contra el destino es como lo diría cierta mujer. Yo digo vive con tu destino. De lo malo aprende, de lo bueno disfruta. Con aquello que no estés de acuerdo intenta aprender como cambiarlo.



"Es de heroes sonreir cuando el corazón llora"

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